7 de marzo de 2011

Cocktail estrena desnudos por el día de la mujer!


Eran, son, no seguirán siendo los años sin entrar a Blogger, de vez en cuando hace falta resguardar letras en algún lado, es justo en ese momento donde todos hablan de Titanic y yo me refugio acá. Ciertamente han pasado miles de cosas y estoy a la espera de otras miles más, por lo pronto haré el intento de ir mostrando experiencias de vez en cuando. No estaría mal comenzar por una que y me dejó pensando más de lo normal.

El otro día estaba en la librería  y como es común en esos lugares -para ésta época del año donde ya los estudiantes están literalmente "armados" de útiles- el parquimetro logró bajar sus númeritos y la cantidad de personas que lograban pasar la puerta eran inmediatamente atrapados por los ojos de quién te escribe, me llamó muchísimo la atención una mujer blanca, como de 1,50m, cabello castaño claro, ojos no me pregunten,  llevaba en brazos a un pequeño y tomada de la mano a una niña como de unos seis años, esa mujer de aspecto humilde y descuidado se detuvo frente a mí tratando de sonreír, pude atenderla como si de un personaje VIP se tratara.

Eran notorias las abundantes costras y erupciones en su piel, en sus brazos y su cara, unos labios resecos y un cabello maltratado la acompañaban, una escena bastante pesada. Charlamos un rato de las cosas que ocurrían después del cristal, el bullicio de la gente y la carencia de libros que no lograron superar el minuto y medio. Aquella fémina buscaba libros de inicial para la jovencita que por el momento no se encontraban en el lugar, al saber eso su cara de tristeza puso peor las cosas :(

¿Qué tiene de especial eso? a mi me impresionó un poco  -bastante para ser sinceros- es muy diferente vivirlo a escribirlo, y en ese momento una de las cosas que he aprendido sordamente en los últimos meses dió a luz, se terminó de formar: el no darle chance a las primeras impresiones independientemente de lo que reflejes significa mucho para la profesión que me gusta; aquella mujer personificaba miedo, no tenia maldad y cuando se retiró pensé por horas en que necesitaba ser cobijada, sin saber en qué podría yo ayudarla. Fue así como la presencia de un anónimo en mis narices comenzaba a hacer estragos.

Feliz día a todas las mujeres que se lo merecen, a las consientes y delicadas manos de madre, a las damas celosas y a las que se esmeran  reciban una ovación  por parte de los borrachos que visitan Cocktail.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo escrito y que acertado de paso, veo que se te da muy bien lo de las letras y el sentimiento jeje!