29 de noviembre de 2010

Y yo que manejaba conceptos inciertos.

Siempre he sabido que el primer encuentro con esa vaina llamado “amor” nunca se olvida, esta noche lo certifico como si tuviera el poder de hacerlo; de hecho tengo el poder pero no las ganas; a decir verdad solo quiero escribir sobre ella. Si dijera que en mi mente no hay recuerdos vivos de esa experiencia… mentiría, si dijera que esa chica no está tan hermosa como la primera vez que la ví.. la historia se repetiría. Puede que por ser un puberto en ese tiempo las cosas se me hacían difíciles de entender … ¿o sí? ¿o no?; en ese tiempo la inseguridad tambien formaba parte de mi vida, ni siquiera sabía lo que era “arriesgar” una amistad, de hecho sigo sin entenderlo, a mis 17 años eso JAMÁS lo entenderé me iré por lo seguro alegando que “sí, no es más que otra excusa de las mujeres para no pararme”.

Lo más seguro es que todo esto se lo deba a una sola cosa: mi vida = Light, sin problemas, nada compleja y con páginas en blanco que compraba todos los días en la Ferretería de la esquina –si, en una ferretería- para que fuesen llenadas por amigos, enemigos y por ella (:

Son cosas que tienen que pasar, sino fuese por ella no estaría aquí escribiendo y el paso a la duda quedaría completamente despejado pues el semáforo a marcado verde y aunque mi red moment se prolongó por mas de 6 meses; han sido seis años compartiendo con ella y han sido los mejores. En el futuro vendrán más… pero esos llevan el mismo adjetivo. No he conocido todavía el primer libro que en su tapa diga “el mejor libro de mi vida” he ahí el conflicto que tengo con el “siempre” que antecede este artículo.

Siempre, nunca, nadie, te amo: palabras con doble sentido –el malo y el peor- palabras con conceptos ambiguos que acaban con la puntualidad de esta entrada. A todos ustedes, a ella y a las demás: gracias, espero que algún día estés tan buena como la tipa de la foto, orgulloso diré que cruzamos miradas, quién quita y cuando domine el mundo voltees a mirarme.

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